El alto costo de la batería en los autos eléctricos
Hoy en día, la batería es el componente más caro de un auto eléctrico. Representa entre el 17 % y el 30 % del costo de fabricación, lo que convierte cualquier reparación en un gasto significativo. En Chile, reemplazar una batería puede costar entre $4 millones y $27 millones de pesos, dependiendo de si se cambia un módulo, varios o la batería completa.
Esto provoca que los autos eléctricos se devalúen más rápido que los vehículos a combustión, afectando directamente al mercado de segunda mano.
¿Un cambio radical hacia 2030?
Un estudio de la firma Recurrent sugiere que en menos de una década cambiar una batería de 100 kWh podría costar entre $3,3 y $3,7 millones de pesos chilenos, un valor inferior al de reparar un motor térmico. Otros informes como los de Goldman Sachs apuntan a precios en torno a $55.000 pesos por kWh en 2030, lo que haría más accesible la sustitución.
Incluso se estima que el precio de un paquete de 75 kWh podría bajar hasta los $2,4 millones de pesos, lo que abriría nuevas oportunidades para los compradores de autos eléctricos usados en Chile.
El papel de las baterías LFP
La popularización de las baterías LFP (litio-ferrofosfato) es clave en esta reducción de costos. Estas baterías usan materiales más baratos y abundantes como el fosfato de hierro, en lugar del níquel y cobalto, que encarecen otras químicas.
En 2024, su precio alcanzó mínimos históricos de 59 dólares/kWh, cifra cercana a la que proyectan gigantes como CATL y BYD, marcas muy presentes en Latinoamérica.
Además, su durabilidad y menor degradación las convierten en una opción atractiva para climas como el chileno, donde la amplitud térmica puede impactar en la vida útil de las baterías.
¿Demasiado optimista?
A pesar de las proyecciones, hay factores que generan dudas:
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Costos de mano de obra: desmontaje, instalación y recalibración no siempre están considerados en los informes.
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Normativas internacionales: la Unión Europea, por ejemplo, ya exige un porcentaje de materiales reciclados, lo que podría aumentar los precios en el corto plazo.
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Uso individual: la degradación de una batería depende del modo de carga, exposición a temperaturas extremas y hábitos de conducción.
En Chile, el escenario dependerá también de la infraestructura de carga y de la rapidez con la que el mercado de segunda mano adopte estas nuevas condiciones.
Impacto en el mercado chileno de autos eléctricos
Si los precios realmente bajan como se proyecta, Chile podría vivir un impulso significativo en la venta de autos eléctricos usados, reduciendo la barrera económica que hoy representa el miedo al recambio de batería.
Además, el auge del mercado de baterías reutilizadas permitirá que los propietarios negocien su batería vieja y reduzcan el costo del reemplazo en hasta 20 %.